La liga de novia es una tradición emblemática con raíces profundas en la historia nupcial que ha logrado perdurar en el tiempo. Esta costumbre, cargada de supersticiones y simbolismo, invoca la buena suerte y la prosperidad para los recién casados, y a pesar de haber sufrido variaciones a lo largo de los años, es aún gratamente mantenida en muchas bodas alrededor del mundo.
Originalmente, en la Edad Media, la liga de la novia era un objeto codiciado. Los invitados a la boda perseguían a la novia con la esperanza de arrebatar un pedazo de su vestido o de su liga, creyendo que estos les ligas de novia traerían suerte. Con el tiempo, para evitar este ataque a la novia, se comenzó a arrojar la liga a los solteros presentes en la fiesta.
En la actualidad, la liga se coloca en el muslo de la novia y, siguiendo la tradición más moderna, es el novio quien la retira y la arroja a los solteros en señal de transferencia de suerte. Además, en algunas culturas, dicha acción simboliza el paso de la novia bajo la protección de su padre a la de su nuevo esposo.
La liga de novia, con su delicadez y encanto etéreo, es más que un simple adorno nupcial. Es la supervivencia de una antiquísima tradición que habla de esperanzas y deseos para una pareja que inicia una nueva etapa juntos. Una tradición que, a pesar de las transformaciones sociales y culturales, sigue viva, demostrando que ciertas costumbres logran conservarse, adaptarse y sobrevivir al paso del tiempo.